martes, 13 de mayo de 2008

III - Crónica Florentina - San Lorenzo, alrededores y poco mas.

Lunes…, amanece en Florencia…, a primerísima hora nos despertamos. Imagino que ansiosos por salir a la calle e impregnarnos de la ciudad y sus monumentos.

Salimos a desayunar a una cafetería pastelería que hay cerca de casa. Muy buena la repostería, recién hecha y mejor aun el café. Y además nada caro, esto es algo reseñable según fuimos viendo después los precios que suelen cobrar a los turistas en la mayor parte de los sitios que visitamos.

Esta mañana pensamos simplemente hacer la compra y ver la ciudad mientras paseamos por ella. Para hacer la compra de la semana que mejor sitio que un mercado, ¿no?.

Pues bien, nos acercamos al Mercado de San Lorenzo. He de decir que este lugar también puede considerarse lugar a visitar por un turista. En primer lugar porque como edificio es muy bonito, se trata de un edificio de estructura metálica que creo que data del siglo XIX. En segundo lugar porque en el encontramos, como en cualquier otro mercado, gran cantidad de productos alimenticios y por supuesto muchos de los típicos toscanos, incluyendo fiambres, embutidos, carnes y por supuesto pasta de muchos tipos y mas económica que en cualquier otro establecimiento. Además tiene algunos barecillos en los que se puede parar a tomar algo, desde un simple café hasta un almuerzo o comida a muy buen precio. Lo bueno de entrar al mercado es que ves un poco como es el ritmo de vida de los florentinos de a pie. Que compran, como compran, las prisas…, nada diferente a cualquier otro mercado, pero curioso de observar. Una ciudad por bonita que sea no es nada sin sus gentes.



En los alrededores esta instalado desde primeras horas de la mañana un mercadillo callejero de los típicos productos que gustan al turista: camisetas, postales, bisuterías, marroquinería y otros artículos de recuerdo de la ciudad. No es nada del otro mundo pero ya que se pasa por ahí no hay que desechar el prestarle un poco de atención.

Tras la ruta mercantil de abastecimiento para la despensa y aprovechando que andábamos cerca, decidimos visitar la Basílica de San Lorenzo. Aquí empieza parte de la frustración de casi todos los sitios que visitamos en el viaje. En la entrada de la mayoría de ellos e incluso en el interior habían vigilantes en ocasiones camuflados que solo repetían: !!!No foto, no vídeo, no phone¡¡¡. Así que cuando volvimos a casa y revisamos las fotografías hechas vimos que la mayor parte de las impresionantes cosas vistas solo estarían en nuestra retina y nuestra memoria. Quien sabe hasta cuando… Pero no es algo que me preocupe demasiado, entiendo que hay muchas cosas a las que no es bueno dañar con la continua luz de los flashes. Además el no tener que ir pendiente de fotografiar esto o aquello hace que disfrutes mas la visita y te recrees mas en lo que ves en cada momento. Además para eso están los libros de consulta y Internet, para ver todo eso que no pudimos fotografiar. Sino seriamos como los japoneses, que van de viaje a cualquier lugar y no lo ven hasta que están en su país y sacan las fotos.

Bueno, continúo. Esta basílica es una de las mas grandes de Florencia y creo que de las mas antiguas. Fue una de las obras encargadas por los Médicis a Filippo Brunelleschi, este diseño y ejecuto el edificio tal y como lo conocemos actualmente. Exteriormente esta iglesia es bonita aun con su fachada inacabada. Hubo algunos proyectos en su tiempo para revestirla y adornarla pero por unas u otras razones no se llevaron a cabo. Hasta el mismo Miguel Ángel diseño uno para esta fachada. El interior es alucinante arquitectónicamente hablando, este Brunelleschi estaría algo loco pero no cabe duda que sabia lo que se hacia. Importante reseñar la luminosidad de su interior así como sus simetrías. Artísticamente no se queda atrás la basílica, contiene innumerables pinturas de mas o menos conocidos pintores así como bonitas tallas de otros tantos escultores. Algunos famosos y consagrados y además conocidos por mi y otros posiblemente igual de famosos y consagrados pero admito que no los conocía hasta ver las obras aquí expuestas. Entre todos destacan Rosso Fiorentino, Desiderio da Settignano, Bronzino y por supuesto Donatello. En esta visita merece la pena tomarse el tiempo necesario para disfrutarla bien. Conviene, aparte de recorrer la iglesia y sus sacristías, sentarse cómodamente en cualquier banco y simplemente mirar y ver, importante esto ultimo, hay gente que mira pero no ve. Si no vemos, ¿para que mirar?, es algo similar a los que oyen pero no escuchan., algo muy común a veces…, pero eso es otra historia.



En este complejo artístico y arquitectónico tenemos mas cosas que ver aparte de la basílica. Por ejemplo las Capillas Mediceas que nosotros dejamos para otro día. Sin embargo en esta jornada si visitamos el claustro y parte de sus dependencias así como la Biblioteca Medicea Laurenciana. Todo precioso como esperábamos, pero especial mención a la biblioteca diseñada por Miguel Ángel. Impresionante la sala de lectura tanto por los muebles destinados a la lectura de los grandes libros de la época como por el suelo de la misma. Este parece ser que estaba recubierto de madera y fue descubierto por casualidad en una reparación. Pero ahora en determinadas zonas si podemos admirar su diseño basado en motivos geométricos realizados en losas de terracota. También reseñable la escalinata de acceso a esta sala de lectura, igualmente diseñada por Miguel Ángel. Se trata de una triple escalinata hecha toda ella en una sola rampa, otra maravilla de este loco que revolucionó casi todas las variantes del arte que practicó. Si vas a Florencia no dejes de verla.

Cuando abandonamos esta zona de San Lorenzo decidimos volver a casa dando un rodeo, paseando hasta llegar a Santa Maria Novella, pues queríamos asegurarnos de su horario de visita para cuando quisiéramos ir. Por supuesto a la hora que pasamos ya estaba cerrada pero al menos pudimos contemplar la fachada de la iglesia que, a riesgo de ser repetitivo diré que es, como tantas otras cosas que veríamos después: ¡¡Impresionante!!
Esta iglesia tiene tanto parte del interior como el entorno que la rodea en restauración. Parece ser que anteriormente, según fotos que vi por ahí, tenia un jardincillo delante con una fuente o algo parecido. Ahora solo tiene maquinaria de construcción y montones de tierra. Espero que la próxima vez que vuelva a Florencia pueda sorprenderme tanto por su interior restaurado como por dicho entorno, a ver como lo dejan..., de momento confiemos en el buen hacer de los florentinos y espero que su buen gusto deje una plaza digna de esa iglesia.



Continuamos nuestro regreso a casa paseando hasta el Mercato Nuovo. Una bonita logia en el centro de la ciudad bajo la cual también abundan los puestos de venta de recuerdos y demás. Algo especial que tiene este sitio es la fuente de una figura en bronce de Il Porcellino, de Pietro Tacca, una copia al parecer de un mármol helenístico. Bonito el jabalí en cuestión. Además como en casi todos los sitios muy turisticos, corre la leyenda de que si le tocas el morro vuelves a Florencia. Una leyenda mas.



Conviene no fijarse solo en el jabalí sino también el la base sobre la que esta. En esta también hay algunos detalles de pequeños animalillos bastante chulos, una tortuga, alguna ranilla o sapo, una serpiente y algunos motivos vegetales muy bien conseguidos.




Tras ver todo estos lugares habíamos saciado parte de nuestro hambre en lo que a lo cultural se refiere, pero no pasaba lo mismo con lo que nuestro estomago nos seguía pidiendo. Así que decidimos volver a casa y prepararnos unos estupendos spaghettis a la carbonara con la pasta que compramos hace unas horas en el mercado. No se si será por el marco incomparable, por la que le toco hacer la comida ese día, por el hambre atroz que nos atenazaba o por una mezcla de todo eso. El caso es que fueron hasta la fecha los mejores spaghettis que me he comido nunca.

Nos vino bien para retomar fuerzas para seguir la jornada en la tarde noche que se acercaba. Esta parte la dejare para el siguiente post, que al ritmo que voy vete tu a saber cuando sera.