lunes, 2 de junio de 2008

IV - Crónica Florentina – Conociendo Oltrarno.

Continuare con mi intermitente y poco constante Crónica Florentina. Lo cierto es que no se si alguien la lee según la escribo, pero de ser así debe de estar un poco decepcionado por la falta de constancia. Si así fuera dejo aquí mis disculpas y pido comprensión porque si no lo hago con mas celeridad es por falta de tiempo para ello. Pero paciencia que algún día llegare al final, no se cuando, pero algún día…

Hecha esta introducción seguiré con los que me ocupa en esta crónica.

Decíamos ayer…

Pues bien, en la media jornada que relate en el anterior post todo lo que vimos nos gusto y lo disfrutamos con admiración y envidia hacia los florentinos. Ellos lo tienen ahí todos los días y pueden verlo cuantas veces quieran. Repito: ¡Que envidia!.

Tras la comida y un brevísimo descanso salimos de casa dispuestos a conocer la parte de la ciudad que queda al otro lado del río Arno. Esta zona es conocida como Oltrarno. Para llegar allí pasamos por delante del Palazzo Vecchio en la Piazza della Signoria. Sobre esta plaza podría escribir muchísimo. Me encanto el Palazzo, todos los días que pasamos por allí miraba hacia lo alto de su torre y luego iba bajando la vista disfrutando de sus almenas, sus escudos de antiguas familias florentinas, sus ventanas, sus piedras…, su todo. Claro que esa plaza no es solo el Palazzo Vecchio. Esa plaza es mucho más. Nada más que en la Loggia dei Lanzi podría pasar horas mirando las diferentes estatuas que allí hay, empezando por el Perseo de Cellini, por supuesto y acabando con cualquiera de las demás. Todas son perfectas. No se quedan atrás las que hay delante de la fachada del Palazzo, aun siendo algunas copias y no las originales. Ahí se encuentra una de las copias del David de Miguel Ángel.
También se puede ver y pisar, sobre el suelo de la plaza, el lugar donde aproximadamente debió de hacerse la tristemente famosa Hoguera de las Vanidades. Promovida esta por Girolamo Savonarola. Quien le iba a decir a el que en el mismo lugar donde tantas cosas quemo iba a ser quemado el. Ironías del destino. En el suelo de la plaza hay una placa circular donde se nos recuerda este acontecimiento. Pero como solo íbamos de paso, seguiré mi paso y dejare esta plaza para otro día.



Continuamos caminando por entre las estatuas de gentes celebres del la Galería Uffizi. Galileo, Dante, Boccaccio, Leonardo, Lorenzo el Magnifico…, y tantos otros famosos e importantes cada cual en su disciplina o papel político. Otro tema para otro post. Seguimos caminando junto al río Arno hasta el cercano Puente Vecchio, íbamos bajo los soportales de Corredor Vasariano. Llegados al puente toco la hora de hacer la típica foto de recuerdo junto a la estatua homenaje a Benvenuto Cellini, padre del Perseo. Este puente esta plagado de turistas que no se bien porque se concentran allí. Esta bonito, no seré yo el que diga lo contrario, pero con todo lo demás que podemos visitar en Florencia, no destaca tanto sobre el resto. Cruzamos el puente y nos adentramos en Oltrarno.

Lo primero que teníamos que hacer allí, en orden de importancia, era tomar café. Habíamos comido rápidos y con tantas prisas se nos olvido parar en cualquier bar para tomar el necesario café post-comida. Pasamos rápidos frente al Palazzo Pitti; una foto, un ligero vistazo y continuamos nuestra marcha. Encontramos un bar pequeñito, en una esquina de la Vía Maggio. En esta calle abundan las tiendas de anticuarios así como algunos edificios antiguos pertenecientes posiblemente a nobles familias florentinas, quizás ya olvidadas, pero recordadas por los viejos escudos nobiliarios labrados en sus fachadas. Bonita calle pero pocos bares. Suerte que encontramos este, pequeñito, regentado por unas señoras mayores que parecían simpáticas y para seguir con la tónica predominante en Florencia, con muy buen café.



Tras ese descanso necesario buscamos la Iglesia del Santo Spirito, otra de las principales de Florencia. Otra de las que diseñó y construyó hasta su muerte Filippo Brunelleschi, despues la continuaron sus discipulos. En esta ocasión puedo hacer con ella lo que pensó en un principio, pues no fue una remodelación sobre otra existente, ya que donde se ubica esta iglesia anteriormente había un convento que fue destruido por un incendio. Sobre sus ruinas se edifico esta.

Ya comente anteriormente que en la mayor parte de museos, iglesias y demás sitios dignos de atención de Florencia no es posible hacer fotografías. Excepción hecha para esta iglesia y algunas pocas más. De todos modos vuelvo a repetirme, si quieres buenas fotos recurre a los libros o a reportajes que puedas encontrar por Internet. Si tratas de hacer las fotos en tu visita deberás de llevar una buena cámara y a ser posible con trípode para poder hacerlas con la poca luz que hay en estos interiores. Nosotros no disponíamos de esas cosas, así que las fotos que pudimos hacer nos valen mas como recuerdo que como cualquier otra cosa. Pero aun así las voy colocando por aquí, menos es nada.

La iglesia de Santo Spirito no es de las mas vistosas de Florencia, al menos exteriormente, pero su interior es comparable e incluso superior a otras de las mas famosas de la ciudad, no en vano esta considerada como una de las referencias importantes de todo el renacimiento. La fachada principal es bastante sencilla. Parece ser que tenían proyectada otra fachada para el lado opuesto, pero no se realizo porque al morir Brunelleschi sus discípulos no supieron interpretar bien los planos y prefrieron no ejecutarla. Tiene también dos bonitos claustros y un cenacolo que por desgracia no pudimos visitar. Otros de tantos lugares que dejaremos para el siguiente viaje a Florencia.



El interior si que lo pudimos ver exhaustivamente. Arquitectónicamente la iglesia es una delicia. Esta diseñada como una cruz latina con tres naves, una gran nave central y dos laterales separadas de la principal con grandes columnas circulares coronadas con capiteles corintios y unidos mediante arcos. El techo de la nave central es también digno de admirar.




La cúpula, sobre el altar mayor, no esta decorada con pinturas como otras grandes cúpulas pero a pesar de la aparente sobriedad de su desnudez es impresionante. Esta cúpula esta dividida en doce partes, cada una de ellas cuenta con una ventana circular que junto a la linterna central dan una buena iluminación natural tanto a la cúpula como al interior de la Iglesia.




La fachada principal tiene una vidriera con el Pentecostés diseñado por Pietro Perugino.





La iglesia cuenta con gran cantidad de pequeñas capillas decoradas con importantes frescos que seria demasiado lioso nombrar y comentar ahora. Lo mejor es verlos allí. Pero por nombrar algo diré que se pueden ver obras de Filipino Lippi, Raffaellino del Garbo, Giovanni Stradano, Ghirlandaio y muchos otros.





Eso en cuanto a pintura, porque en cuanto a escultura tenemos un crucifijo tallado en madera por Miguel Ángel. También hay en las naves laterales una copia de otras obras del gran Miguel Ángel. Una de ellas es una copia de La Pieta del Vaticano, realizada por Nanni di Baccio Bigio. Esta claro que no es comparable a la original, la cual solo he visto en fotos, pero aun así esta muy bien conseguida. Claro que a pesar de estar bien hecha esta que vimos aquí, lo especial y único de la de Miguel Ángel es precisamente que el la “invento”, el la vio y la esculpió primero. Hay otra copia de otra obra de Miguel Ángel, se trata de un Cristo sujetando una cruz, esta es copia realizada por Taddeo Landini.




Seguiría escribiendo de esta y otras iglesias pero ni se tanto de arte y arquitectura como para describir cada cosa que vi, ni seria demasiado cómodo para algún posible lector extenderme demasiado en cada cosilla que me gustó. También reconozco que hubiera encantado saber más de de todo esto para así haber disfrutado más aun esta iglesia. Para la próxima vez seguro que iré mas preparado y me fijare en algunas cosas que ahora me pasaron desapercibidas.

Ya fuera de la Iglesia destacare también la plaza que hay frente a ella. Parece un barrio tranquilo, y en esta alrededor de esta plaza hay algunos barecillos donde poder tomarse algo tranquilamente disfrutando de este entorno. Bonito sitio.

Bueno, pues continuamos nuestra visita de este día a Oltrarno paseando un poco mas por sus calles. Visitamos la Iglesia del Carmine, pero solo desde el exterior porque no llegamos a tiempo de entrar por el ajustado horario de visitas. Seguimos callejeando fijándonos en todo lo que se nos ponía a la vista: tiendas, plazas, calles, antiguas casas señoriales reconvertidas en hospederías, y pequeñas tiendas de barrio en las que venden las más variadas cosas.

Tras ese paseo volvimos a cruzar al otro lado del río, pero en vez de hacerlo por el puente que nos trajo al principio lo hicimos por el puente de Santa Trinita. Desde este puente hay una bonita vista del Puente Vecchio. Dicen que este puente es uno de los más bonitos de Florencia y no seré yo el que lo discuta. En este lugar hubieron antes de el otros puentes hasta que le encargaron la construcción de este a Miguel Ángel y a un tal Ammannati, que fue discípulo suyo. Así quedo como definitivo este puente hasta que en la Segunda Guerra Mundial fuera destruido por los alemanes en su huída de la ciudad. Pero siguió siendo el diseño definitivo pues se reconstruyo fielmente al que existía antes del la voladura alemana. Como nota curiosa diré que podemos ver cuatro estatuas en cada esquina del puente simbolizando las estaciones del año: la Primavera, el Verano, el Otoño y el Invierno. Creo que colocadas allí por encargo de Cosme II de Médicis.




Saliendo de ese puente llegamos al la Piazza della Trinita y al la famosa Vía Tornabuoni. En esta calle se encuentran unos cuantos grandes y bellos palazzos de la época muy bien conservados: Palazzo Spini Ferroni, Palazzo Bartolini Salimbeni, Palazzo Buondelmonti, Palazzo Strozzi y alguno más que me pasaría desapercibido. Pero centrándonos en la Piazza della Trinita, y nunca mejor dicho lo de centrándonos, podemos ver una inmensa columna que se eleva en el centro de esta plaza. Esta columna proviene de las Termas de Caracalla en Roma, regalo de un Papa a Cosme I. En lo alto de dicha columna hay una estatua simbolizando la Justicia, por lo que lógicamente esta columna es conocida como La Columna de la Justicia.




Siguiendo en esta plaza tenemos una pequeña y oscura iglesia que es la que da nombre a la palaza o la plaza a la Iglesia, a saber. La iglesia de Santa Trinita. En algún sitio leí que la fachada era Manierista. Pero…, ¿el Manierismo en arquitectura es parecido al Barroco, no?. A mi la fachada me hizo pensar mas en una iglesia Barroca que Renacentista, pero al entrar al interior ya deseche esa presunción, la iglesia no es ni Barroca ni Renacentista. Es Gótica. Es bonita, oscura y Gótica. Fue una sorpresa encontrarla, casi la pasamos de largo. El interior estaba en parte en restauración, pero aun así mereció la pena entrar. Es pequeña pero muy acogedora, quizás por la oscuridad que predominaba en ese momento, no se si fruto de la restauración, de la Semana Santa o de costumbre de esa iglesia. El caso es que me gusto el fresco y oscuro ambiente de esta iglesia. Y en cuanto a cosas destacables relativas al arte, no por ser más pequeña iba a ser menos importante. Aquí en Florencia en cualquier esquina aparece algo que te sorprende.

En una de las capillas de esta iglesia hay unos frescos de Domenico Ghirlandaio. Uno en particular me pareció muy bonito, tanto por el fresco en si como también porque la pobre iluminación que tenía le daba un aspecto más atractivo. Estaba solamente iluminado por un pequeño foco desde un lateral dirigido al centro del fresco y por una pequeña vela que alguien había colocado cerca de el. Aun en tal ausencia de luz intente fotografiarlo, sin flash claro, y la verdad es que la foto salio bastante bien para las condiciones que habían en el lugar. Pero no se reflejó en la foto el ambiente de esa iluminación. El fresco en cuestión era La Adoración de los Pastores.




Otros frescos están dedicados a San Francisco de Asís. Otros de más allá a historias de la Virgen. Alguna que otra estatua como una de Maria Magdalena y alguna que otra Virgen. Una tumba de un tal Benozzo Federighi hecha en mármol por Lucca della Robbia. Una pequeña y bonita sacristía diseñada por Ghiberti. Y tantas otras cosillas obras y detalles que por desgracia solo recuerdo por fotos y de los que desconozco su historia, autores u origen.

Salimos de esta Iglesia y acabamos la tarde paseando y pensando en la cena. El resto de jornada de descanso, simplemente viendo los alrededores de casa.

Tras la cena, antes de acostarnos, un amigo y yo hicimos lo que se convirtió en costumbre para todos los días que estuvimos en Florencia. Somos muy dados a salirnos a la calle a charlar, pero claro, en estos marcos incomparables parecía que esas charlas eran algo más. Resumiendo que tomamos la costumbre de acercarnos todas las noches a la zona del Palazzo Vecchio o de los Uffizi para charlar un rato de todo lo visto y lo que nos quedaba por ver. Y así hicimos todos los días restantes.